Un rival implacable tuvo el Barcelona en las semifinales, no
sólo perdió por cuatro goles en la ida, si no que no pudo realizar el milagro
jugando de local el partido definitorio.
Messi no participó en ningún minuto en la vuelta, miró la
caída de los catalanes 3-0 desde el
banco.
Debían los dirigidos Villanova comenzar a hacer la diferencia en el primer tiempo, pero no generaron muchas
situaciones. Un remate de Pedro obligó a la respuesta de Valdés, Xavi mandó un
disparo por arriba del travesaño.
Los alemanes finiquitaron la cuestión ni bien iniciado el
complemento, cuando Robben con un amague para su perfil dejó fuera de combate a
Adriano y de zurda colocó el balón lejos de la humanidad del arquero español.
La conquista alemán derribó la esperanza del conjutno culé,
salieron del campo Iniesta y Xavi, para preservarlos para los partidos de Liga.
A los 72’ y tras un centro de Ribery, Piqué convirtió en
propia puerta al tratar de rechazar. Tres minutos más tarde, el defensor
central perdió un balón en el medio de la cancha, Ribey desbordó por la banda izquierdo y
habilitó a Muller, que de cabeza selló el marcador.
La final de Wembley el 25 de Mayo tendrá un campeón alemán,
y seguramente, ese equipo que se lleve la gloria habrá dejado una imagen
inmejorable. El fútbol debe estar contento.
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