Con una victoria contundente por 2 a 0 en el partido de
vuelta de la final frente al Ponte Preta, el Granate se alzó con su segundo
título continental.
El equipo local superó a su par brasileño desde el inicio
del encuentro y en todos los sectores del campo de juego. Sólido atrás con Goltz
como estandarte, la capacidad de ataque de los dirigidos por Guillermo Barros Schelotto fue la clave
para el desnivel en el marcador.
Ayala abrió el
marcador a los 24’ tras un buscapié de Blanco, elegido el jugador del partido.
Fue justamente el delantero Ismael Blanco quién marcó el
segundo al cierre del primer tiempo luego de un rebote de Roberto tras un
cabezazo de Silva.
Al minuto 70, Roberto evitó el segundo de Blanco luego de un
potente cabezazo.
Con Marchesín en el arco, la jerarquía de un defensor cómo
Paolo Goltz, la frescura de sus juveniles y el poder de gol de los delanteros,
Lanús fue el mejor y justo campeón en una competencia que por el nivel de los
participantes y sus performances, dejó bastante que desear, salvo por el conjunto
Granate, que marcó una clara diferencia.
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