Histórico triunfo de los Black Cats en Stamford Brigde, quitándole
el record de invicto en condición de
local de setenta y siete partidos a Mourinho con los Blues, que a su vez se
complican en su aspiración por la conquista del campeonato.
Los milagros pueden pasar Gustavo, rezaba una bandera colocada por hinchas visitantes que al igual que
el técnico uruguayo sueñan con la salvación, actualmente el equipo se encuentra
al fondo de la tabla con posibilidades de salvarse.
El Chelsea fue ampliamente superior, ante un conjunto que se
defendió con muchos hombres en su campo, generando más situaciones de peligro
pero siendo Mannone una de las figuras, partícipe de la victoria del
Sunderland.
Rápidamente Eto’o puso en ventaja al local anticipando a un
tiro de esquina. Sin embargo, a los 18’, Schwarzer dio rebote tras un disparo d
eMarcos Alonso y Wickham tomó el rebote para marcar la impensada igualdad.
Si bien el local dominaba, le costaba llegar con profundidad.
Con la conducción de Willian, el mejorcito, probó mucho desde afuera del área
con Ramires u Oscar. Mannone se quedó con la más clara antes de finalizar el primer
tiempo, cuando Ivánovic con un potente cabezazo lo encontró bien ubicado, la
pelota dio en el travesaño y volvió a las manos del portero italiano. Se notó la ausencia pr lesión de Hazard, pieza fundamental a la hora de desequilibrar.
A poco comenzado el complemento, Willian encabezó una contra
que derivó en Eto’o, el camerunés probó con un disparo cruzado que se fue por
poco afuera.
Mannone siguió mostrándose seguro ante cada avance y el
Chelsea comenzó a desesperarse, Moruinho mandó a la cancha a todos sus
delanteros para alcanzar el ansiado gol.
Sin embargo a falta de 10 minutos para el final, Azpilicueta
se resbaló, Altidore ingresó al área y Mike Dean cobró un polémico penal por
una infracción dudosa del español. Borini se hizo cargo de la ejecución y no
falló. El Sunderland había pateado dos veces y conseguía tres puntos de oro.
Schurrle sacó un fuerte remate desde afuera del área y
Mannone volvió a responder con soltura. Los londinenses fueron con más apremió
que ideas en búsqueda del empate, por lo que no llegaron a rumbo y terminaron a
pura decepción.
Gustavo Poyet y su equipo todavía creen en los milagros, hoy
pueden dar fe.
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