El Merengue vapuleó a la Juventus en la final disputada en Cardiff, y levantó su decima segunda orejona. En una actuación categórica de un equipo que en esta oportunidad vistió completamente de violeta, el 4 a 1 sobre la Vecchia Signora se debió principalmente a la tarea realizada en el complemento.
Cristiano Ronaldo, con un doblete, se convirtió en el máximo goleador de la competición en ésta edición y en la figura rutilante de la final.
Los dirigidos por Allegri llevaban con la valla menos vencida, en toda la copa solo habían recibido tres goles, sin embargo, meta de Buffón fue muy doblegada en esta final.
Quién hubiese pronosticado que el buen primer tiempo realizado por la Juventus terminaría en una estrepitosa caída. El conjunto italiano en varios pasajes del encuentro se había impuesto en el campo, superando sobre todo a los medios del Real Madrid.
Navas evitó la conquista de Pjanic en el comienzo del encuentro, ante un disparo desde afuera del área del bosnio. El Merengue salió de la presión inicial, empezó a manejar los hilos del juego, y Ronaldo culminó una gran jugada colectiva tras rematar un centro de Carvajal, y contó con el desvío en Bonucci.
Sin embargo, a los 27’ Higuaín le cedió el balón en el área a Mandzukic, y el croata con una media chilena anotó la igualdad. La presión de la Vecchia Signora surgía efecto y el Merengue no podía desplegar todo su potencial.
Borremos la última oración para describir la segunda parte. Dominio absoluto para los dirigidos por Zidane, laterales bien abiertos y amplitud en el juego, Kross y Modric conducción y recuperación. Su rival perdió definitivamente el balón, el terrero y la mínima esperanza de victoria. Casemiro con un bombazo lejano que encontró el cuerpo de Khedira y superó a Buffón volvió a poner arriba en el marcador al Real Madrid. Ronaldo amplió la ventaja al minuto 64 anticipándose a un centro de Modric. Y Asensio, una gran apuesta del entrenador galo, selló el resultado sobre el cierre tras un desborde de Marcelo.
Consumida la intensidad de la Juve, con un Dybala sombrío y desconexo, casi sin patear al arco en el complemento(salvo un cabezazo apenas desviado de Alex Sandro), y sin poder hacerse del balón, a pesar de tener buenos defensores y un gran arquero, su vulnerabilidad quedó al descubierto.
Cuadrado, el primer colombiano en disputar una final de UCL, ingresó en la segunda parte pero vio la roja tras sus 17 minutos en cancha, por doble amonestación. Correcta expulsión por el pisotón a Ramos, aunque el defensor español exageró demasiado la infracción. El árbitro Brych tuvo varios errores en el juego, pero que no incidieron en el resultado final.
Por cómo jugó la final, el Real Madrid se coronó cómo un gran campeón. Es cierto también que en fases previas, se favoreció de groseros fallos arbitrales, pero hasta que las autoridades y el mundo futbolístico decidan aplicar justicia en tiempo real, hay que convivir con esos errores.
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