A pesar de que sus jugadores dejaron todo, parece ser que el destino no quiso que River se mantenga en Primera. Le convirtieron un gol tras un hecho desafortunado, le atajaron un penal y aunque fue muy superior, no pudo hacer la diferencia necesaria para no descender a la B Nacional, algo que nunca había pasado en sus 110 años de gloriosa historia.
El Estadio Monumental estuvo colmado de hinchas millonarios, que durante toda la semana negra de esta institución alentaron y apoyaron al equipo en todo momento.Tras el final abrupto del partido, un grupo de personas obligaron a la suspensión temprana del encuentro y rompieron instalaciones del club. Hecho bochornoso y repudiable.
El partido no resiste mucho análisis. River puso todo lo que tenía que poner, mereció ampliamente ganar este partido, pero en el fútbol no existen los merecimientos.
Pezzota, el árbitro del encuentro, tuvo una labor pésima. No cobró un penal clarísimo, no expulsó a dos jugadores de ambos equipos(Arano y Lollo), y dejó que se pegue mucho sin aplicar la rigurosidad requerida.
El Millo jugó mejor el primer tiempo, en donde rápidamente se puso en ventaja, con gol de Pavone a los 5 minutos. Luego en el mejor momento de local, llegó una falta a Caruso en el área que el árbitro no cobró. Seguido Olave le tapó un remate a Pavone, y Díaz con un cabezazo se perdió el segundo.
El Pirata cordobés jugó con mucho nerviosismo, cortó mucho el juego con faltas que si eran sancionadas con varias tarjetas amarillas, no iba a terminar el partido con 11 jugadores. La única clara del primer tiempo fue un disparo de Vázquez que tapó Carrizo.
En el complemento, River volvió a poner en aprietos a Belgrano, pero de contra se veía que el visitante podía golpear. Pereyra se perdió un gol increíble cuando estaba sólo enfrente del arquero, la intento picar y el balón se fue lejos.
A los 17 minutos llegó el primer golpe para el Millo. Díaz intentó despejar pero su pelotazo rebotó en otro jugador y el balón le quedó manso a Farré que como venía marcó el empate para el Pirata.
Luego Tavio le convirtió penal a Caruso. El encargado de la ejecución fue Pavone pero le pegó mal y se lo atajó Olave. Esto derrumbó toda esperanza y los intentos para convertir fueron mermando. Lo de Belgrano fue meritorio.
Cuando se cumplió el tiempo reglamentario, el árbitro dio por terminado el encuentro ya que algunos violentos intentaron ingresar a la cancha. Luego hubo incidentes afuera y dentro del estadio.
Es temprano para buscar culpables, pero pasaron cosas turbias desde hace mucho tiempo.
Hace exactamente 15 años, un 26 de Junio de 1996, el Monumental colmado festejó la conquista de su última Libertadores, con Francescoli a la cabeza.
Hoy pasa todo lo contrario, el día más triste de la historia de River, y obviamente también una de las jornadas más tristes para mí.
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